martes, 23 de febrero de 2016

Curso de Pintura de Iconos

En un pueblecito de Granada, Talará, perteneciente al Valle de Lecrín, va creciendo con interés el amor hacia la pintura icónica. Este año será la segunda vez que participen en el aprendizaje de manos de José Segura.
El pintor de iconos pone su arte a disposición del Espíritu Santo para que vaya guiando cada uno de sus trazos; cada pincelada, cada línea, cada color quiere reflejar la profundidad de la imagen que representa.

ORACIÓN DEL PINTOR ICÓNICO

Dios Todopoderoso y Eterno,para tu honor y gloria ,emprendo este trabajo para que conmigo te alabe todo aquello que tiene parte en él.

Madera: árbol crecido en muchos años con agua de las nubes y con los elementos del seno de la tierra.
Yeso: piedra formada por millones de años y ahora molida en fino polvo.
Pinceles: tus animales me dan su pelo para que yo pueda realizar esta obra.
Colores: son vestigio de piedras y minerales que me ayudan a hacer visible lo invisible.
Oro: apreciado por los hombres como el más noble y rico de los metales. Extraído de la profundidad de la tierra y purificado por la mano del hombre que me ayuda a descubrir lo que nadie ha visto.

Sean así unidos los elementos de tu creación, en los cuales Tú estás presente, en una imagen digna de ti.
A ellos me uno humildemente como instrumento tuyo, para crear esta obra y alabar tu santo nombre con todos los que en esta imagen te veneren.
AMÉN.

jueves, 11 de febrero de 2016

CENIZAS de MISERICORDIA

Comienza el tiempo de vivir de verdad, sin estridencias, sin hacer ruido, desde lo profundo, sin llamar la atención, pero con la certeza de que nuestra vida está orientada hacia Él. 
Es tiempo de mirar hacia dentro y también hacia fuera; nuestros ayunos, sacrificios y oraciones no sólo van encaminados a hacernos crecer personalmente, sino a contribuir en crecimiento de quien nos rodea.


"El ayuno que yo quiero..."                                                  
En un vigoroso ataque a la hipocresía, el Papa Francisco advirtió que no se pueden utilizar ni la asistencia a misa, ni la comunión, ni las limosnas a la Iglesia como excusas para no pagar salarios justos. Señaló también que el mejor ayuno de Cuaresma es pagar los salarios enteros- no «en negro», escamoteando la pensión y la cobertura sanitaria-, y ayudar a los necesitados.
Durante la misa de la mañana, Francisco preguntó hipotéticamente: «¿Cómo es la relación con tus empleados? ¿Les pagas en negro? ¿Les pagas el salario justo? ¿Pagas tu cuota para sus pensiones y su seguro sanitario?».
Si no se hace, la limosna no justifica pues, «tú no puedes hacer donativos a la Iglesia a costa de la injusticia con tus empleados. Es un pecado gravísimo: usar a Dios para cubrir la injusticia». 
La sinceridad es parte del espíritu de la Cuaresma -los cuarenta días preparatorios de la Semana Santa-, iniciados este miércoles de Ceniza, en los que se ofrece el sacrificio de abstenerse de comer carne los viernes.
En el tono coloquial de las homilías en casa Santa Marta, el Papa subrayó la importancia de la sinceridad del corazón presentando como hipócrita a quien diga: «Hoy es viernes, no se puede comer carne... Me haré un hermoso plato de marisco, un pequeño banquete… y así evito la carne».
En la misma hipocresía caen los que valoran los tres primeros mandamientos, referidos a Dios y descuidan los otros siete referidos al prójimo.
Francisco dejó claro que «no es buen cristiano quien no hace justicia a las personas que dependen de uno, quien no se desprende de algo para dárselo a quien sufre necesidad». 
E insistió en que el camino de la Cuaresma «es doble: es Dios y el prójimo. Es real, no es formal. No consiste en abstenerse de carne el viernes y hacer alguna cosilla buena, al tiempo que se deja crecer el egoísmo, la explotación del prójimo, el ignorar a los pobres».